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SOCIEDAD

11 de enero de 2022

Travesía: Viajó 8.000 kilómetros en mula para llegar al festival de Jesús María

Enamorado de uno de los eventos más importantes de Córdoba, no dudó en recorrer más de cinco países para asistir.

"Enero en la piel, relincha un bagual. Un buen payador copleando al azar. Cantores que van queriendo serenatear: Jesús María cantará”. Infinidad de veces habrá repetido Simón Vergara esta canción del Trío San Javier durante el increíble trayecto que realizó sobre dos mulas desde su Colombia natal hasta Jesús María, donde se realiza uno de los festivales de doma y folclore más reconocidos del país.

El joven, que comenzó a viajar hace un año sobre Cimitarra y Pluma de Oro, sus animales, vive en una zona rural, a 60 kilómetros de Bogotá, llamada Ubaté, "la capital lechera de Colombia", según definió. En busca de un sueño vestido de hazaña, recorrió 8.000 kilómetros y cinco países para llegar a la ciudad cordobesa.

“Aquí nació este sueño”, dijo desde Jesús María. Y agregó: “Tuve la posibilidad de venir hace tres años,  el último antes de la pandemia, y me enamoré del festival. Dije 'tengo que volver', me quedé con esa idea y dije 'voy a volver montado'”.

Después de atravesar suelo colombiano durante dos meses, Vergara pasó otros dos meses en Ecuador, cinco en Perú, y un mes y medio en Bolivia. El pasado 1° de diciembre ingresó en Argentina a través del paso fronterizo Salvador Mazza, conocido popularmente como Pocitos.

Allí lo esperó un ciudadano que reside en Villa Icho Cruz, una localidad serrana ubicada en el Valle de Punilla, a pocos kilómetros de Villa Carlos Paz. El cordobés se trasladó hasta Salta en camioneta, pero volvió en mula, junto a Vergara.

Según comentó el colombiano, en Argentina generalmente viajó por la tarde. “En la mañana montamos un poco y después hacíamos una siesta desde las 11 hasta las 4 o algo así. No estaba acostumbrado a que anocheciera tan tarde y aprovechábamos esas últimas horas de luz”, precisó el intrépido aventurero en diálogo con distintos medios cordobeses.

“En Bolivia y en Perú madrugaba mucho: a las 5 y media ya estaba montando, hasta las 2, para que los animales descansaran por la tarde y durante la noche”, comparó quien registró las distintas etapas de su viaje en redes sociales (@5_tierras en Instagram).

Vergara destacó, además, que tuvo como prioridad en todo momento el bienestar de las mulas. “Me sorprendieron muchísimo. Siguen siendo animales muy resistentes y me sorprende su adaptabilidad a los cambios de pastura, temperatura y clima. En el año nunca mancaron ni les pasó nada, más que un par de sustos por una comida mala”, apuntó.

Momento de dudas

El viaje naturalmente, tuvo sus momentos espinosos, y el viajero admitió que estuvo cerca de renunciar. "En Perú dije 'me vuelvo, me voy para la casa'. El verano estaba muy fuerte, iba en altura a más de 4 mil metros”, recordó.

“Por dos meses la comida de las mulas empezó a escasear, porque la gente hace las cosechas una vez al año y la guarda, tenían poca y no te vendían o no te recibían en la casa. Era difícil y estaba sufriendo", agregó. Fue en ese momento que el apoyo de su familia resultó fundamental para tomar la decisión de continuar con su hazaña.

En la parte final de su recorrido, recibió otro respaldo significativo que lo impulsó a completar el recorrido. El 19 de diciembre, a este amansador de caballos lo comenzó a acompañar Sara, su novia, quien llegó al país en avión y acompañó la travesía en camioneta.

Vergara cumplió así la meta de estar en la 56º Festival Nacional de Doma y Folklore de Jesús María, cumpliendo así el sueño que se planteó en su anterior visita.

 

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