SOCIEDAD
27 de septiembre de 2021
Prolongación de la pandemia y aparición de nuevas variantes del Covid-19: los peligros del acaparamiento de vacunas
En un estudio publicado en la revista Science, científicos evaluaron los beneficios de compartir inmunizaciones entre los países y señalaron que su almacenamiento por parte de los países ricos podría poner en peligro “el éxito temprano de las vacunas”.
Mientras decenas de naciones almacenan vacunas a la espera de comenzar a aplicar refuerzos, algunos países aún no comenzaron a inmunizar a su población o sus tasas de vacunación son extremadamente bajas.
En un estudio publicado en la revista científica Science, investigadores de cuatro países analizaron los beneficios de compartir las inmunizaciones y advirtieron que el acaparamiento puede extender la pandemia e, incluso, propiciar el surgimiento de nuevas variantes, con lo cual se pone en peligro “el éxito temprano de las vacunas”.
“En algunos países, el rápido despliegue de vacunas seguras y eficaces ha reducido los casos, las hospitalizaciones y las muertes. Sin embargo, muchas regiones del mundo tienen poco acceso a las dosis y las infecciones están resurgiendo. Además, la transmisión sostenida ha llevado a la aparición de nuevas variantes del virus, con mayor transmisibilidad y contra el cual las vacunas pueden ser menos efectivas”, afirmaron los científicos.
El nacionalismo de vacunas puede extender la pandemia
“Un triunfo que ha surgido de la catástrofe de la pandemia ha sido el rápido desarrollo de varias vacunas potentes. Sin embargo, los países ricos siguen siendo los principales beneficiarios”, afirma el documento realizado por 13 investigadores de Canadá, Estados Unidos, Australia y el Reino Unido, en el cual modelaron “las consecuencias del almacenamiento de vacunas” por parte de estas naciones.
Según señalaron los científicos, el acaparamiento de las inmunizaciones podría “poner en peligro el éxito temprano de las vacunas”, por lo cual destacaron que los países que pueden acceder fácilmente a las vacunas deberían compartirlas de forma equitativa para “reducir la carga de enfermedades en los países con menos acceso, reducir el costo de estar constantemente atentos a las importaciones de casos y minimizar la evolución del virus”.
“En general, encontramos que el almacenamiento de vacunas por países con alta disponibilidad conduce a un gran aumento de infecciones en los países con baja disponibilidad de vacunas”, explicaron, por lo cual destacaron que “la distribución de dosis es una estrategia de alto rendimiento porque la asignación equitativa trae beneficios no lineales y también alivia los costos de la vigilancia” en las fronteras.
En ese sentido, advirtieron que “la transmisión local sostenida podría conducir a un mayor potencial de evolución antigénica, lo que puede resultar en la aparición de variantes con nueva antigenicidad y / o transmisibilidad y afectar las características epidemiológicas a nivel mundial”.
La variante Delta y el “nacionalismo de vacunas”
El surgimiento de la variante Delta y los aumentos de los contagios, aunque no hayan impactado directamente en la cantidad de hospitalizados, provocaron una fuerte alarma en los gobiernos, en especial en aquellas naciones con tasas de vacunación cercanas a la inmunidad de rebaño.
“Por las fuertes presiones públicas y políticas, y el temor a la disminución de la inmunidad, algunos países con alta disponibilidad de vacunas están recurriendo actualmente al ‘nacionalismo de las vacunas’, almacenando vacunas para priorizar el acceso rápido a sus ciudadanos”, resaltaron los científicos.
A modo de ejemplo, los investigadores señalaron que Estados Unidos ya administró un promedio de 113 dosis por cada 100 habitantes, mientras que el Reino Unido aplicó 137. En tanto, esos números caen a 51 en India y a 8,5 en toda África.
“La fracción total de infecciones se minimiza cuando uno de los países no vacuna más allá de la tasa necesaria para la inmunidad colectiva”, resaltan los especialistas y advierten que “compartir vacunas siempre disminuye o mantiene la fracción total de infecciones en el equilibrio a largo plazo”.
Una o dos dosis: la importancia de evaluar la inmunidad ante el “nacionalismo de vacunas”
En su estudio, los científicos no solo evaluaron los beneficios de compartir las vacunas, sino cuán importante es conocer la inmunidad que se necesita. Es decir, si se alcanza con una sola dosis, si es necesario completar los esquemas con dos o, en su defecto, avanzar hacia un refuerzo.
“Si la inmunidad de una dosis es sólida, la transición a una estrategia de dos dosis conduce a menos individuos con una inmunidad vacunal, lo que a su vez da lugar a un aumento de las infecciones a corto y medio plazo”, dijeron los científicos. Ahora, si esta planificación es “deficiente” se registrarán “picos de infección potencialmente mayores a largo plazo”.
De todos modos, destacaron que el compartir las vacunas, para los países de menos recursos que las reciben, sin importar “el régimen de dosificación”, proporcionará “una disminución de las infecciones y la carga a corto plazo, incluso con una inmunidad deficiente de una dosis”.
“En general, en los países con alta disponibilidad, compartir disminuye la inmunidad de la población y aumenta las infecciones a corto plazo. Sin embargo, estos cambios son mínimos y probablemente aceptables dada la disminución combinada de infecciones (...) y una disminución en el potencial de evolución de variantes virales más transmisibles o de escape inmunológico”, señalaron.
Las proyecciones del “nacionalismo de las vacunas”: terceras dosis
En el estudio, los científicos destacaron que la falta de “solidaridad” entre los países, en un contexto donde, además, la producción de vacunas aún es deficiente, “ignora la importación de infecciones, así como la posible aparición de variantes de regiones con infecciones más persistentes”.
“Los problemas que surgen de la circulación mundial del SARS-CoV-2, en particular las variantes de interés, son de considerable importancia para la salud pública”, afirmaron los especialistas y destacaron que, además, esto produce un “aumento de la carga clínica” en los países con baja disponibilidad de vacunas, los cuales pueden tener, además, “sistemas de atención médica más frágiles”.
En tanto, al destacar la intención de varios países de administrar refuerzos, los investigadores destacaron que esta estrategia “puede cambiar aún más estos ‘paisajes’ de inmunidad y, en consecuencia, las cargas proyectadas de casos totales y graves”.
“El aumento persistente de la transmisión de enfermedades en países con baja disponibilidad de vacunas también socava sustancialmente los intentos de control de infecciones mediante el almacenamiento de vacunas en el país con alta disponibilidad, lo que no se tiene en cuenta cuando se supone que la transmisión de la enfermedad entre países está disociada”, concluyeron.
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