SOCIEDAD
27 de julio de 2021
Economías regionales vs. planes sociales: se pudrieron millones de kilos de cítricos por falta de trabajadores
Un productor de Misiones perdió 1.500.000 kilos de limones y 200.000 kilos de naranjas, porque sólo consiguió un tercio de los empleados que necesitaba para la recolección.
Ricardo Ranger, productor de Eldorado, en la provincia de Misiones, está desesperado. Durante el invierno, él y su esposa perdieron toda su producción citrícola por no encontrar empleados para la cosecha: un millón y medio de kilos de limones y 200.000 kilos de naranjas. Y es que si los trabajadores aceptan la tarea y trabajan en blanco, tienen temor a perder los planes sociales.
“Desde que se implementaron las asignaciones universales existe este problema”, afirmó Pablo Vernengo, director Ejecutivo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). “Esto le sucede al 63% de los productores agropecuarios que son parte de las economías regionales y que utilizan mano de obra intensiva”, agregó.
Las plantaciones que cultiva Ranger en Colonia Delicia (también llamado Colonia María Magdalena), en el departamento de Eldorado, tienen más de 60 años. Fue su padre quien comenzó con la actividad, y él y su mujer continuaron su legado.
“Es terrible lo que estamos viviendo: tendríamos que haber cosechado hace dos meses. Nos estamos fundiendo trabajando, produciendo y generando fuentes de trabajo”, afirmó el productor a TN.com, quien además, explicó que al igual que sucede con los tambos, donde las vacas deben ser ordeñadas porque sino padecen enfermedades, en el caso de las plantaciones, los ejemplares sufren estrés si no son cosechados en tiempo y forma.
Actualmente, dentro de las economías regionales el problema existe con mayor magnitud en el sector citrícola y en el de yerba mate porque están en plena recolección.
“Con la pandemia esto se acrecentó debido a las mejoras que tuvieron las asignaciones: hoy una familia con cuatro hijos puede estar cobrando aproximadamente entre 70 y 80 mil pesos entre los distintos beneficios. Si se los pone en blanco para trabajar en una cosecha pierden ese dinero. Es entendible que no acepten: mientras que al plan lo cobran todos los meses, el trabajo golondrina o de cosecha dura aproximadamente entre dos o tres meses, y luego deben pasar a otra producción”, explicó Vernengo.
En tanto, destacó que desde CAME quieren que ambas opciones sean compatibles, es decir, que el trabajador siga cobrando los distintos beneficios del Estado, pero a su vez, que puedan ir a las fincas sin que se dé de baja la asignación y que logren recuperarlo una vez que termina la zafra.
“Necesitamos que este tema sea tratado en el Senado. Es muy importante recalcar que lo que estamos pidiendo no tiene costo fiscal porque la mayoría de los trabajadores a los que nos referimos ya son beneficiarios de un plan”, detalló el ejecutivo.
En tanto, la entidad empresarial que representa realizó una presentación de esta problemática a principios de enero. “El poder Ejecutivo tiene la forma de resolver el tema de forma inmediata como lo hizo con el personal doméstico, es decir a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), donde hizo compatible que puedan cobrar su salario y además, los planes sociales. Esto fue firmado por los 23 ministros, incluido el titular de la cartera de Agricultura, Luis Basterra”, destacó Vernengo.
Millones de limones tirados en el piso
Ranger, de 59 años, explicó que no perdió $50 millones, según se difundió . “Hicieron el cálculo con el precio de la fruta a mercado y nuestro limón va a fábrica, es de invierno, y tiene otro valor mucho menor. Los 200.000 mil de naranjas sí eran para fruta fresca”, recalcó.
Según detalló, para la recolección solamente logró contratar a 10 personas, cuando necesitaba al menos 30 en total. “Perdimos toda la cosecha por falta de mano de obra. No se puede recuperar nada, la fruta está sobremadura. Cuidamos la plantación los 12 meses del año: fertilizamos, pulverizamos, todo para irse a la quiebra”, afirmó.
Además, destacó que esta problemática no es de ahora, sino que surgió hace más de una década. “Es un problema estructural. Con el gobierno de Mauricio Macri pasó lo mismo. Los planes sociales fomentan el trabajo en negro, es una contradicción enorme. Hay varios proyectos de ley presentados en el Senado y Diputados pero están parados, no se mueven”, concluyó.
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