Luego de los incidentes que se produjeron fuera de su domicilio y de la realización de marchas en su apoyo en todo el país, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner dio un discurso donde agradeció el apoyo de su militancia y cargó contra la oposición.

Lo hizo en un escenario improvisado en las afueras del edificio donde se encuentra su departamento en el barrio porteño de La Recoleta. Su intervención no duró más de 10 minutos y fue para calmar los ánimos luego de una jornada de extrema tensión. "Vayamos a descansar un poco que ha sido un largo día”, les solicitó a los presentes para luego asegurarles: "Quiero decirles que aunque viviera mil años nunca me alcanzará para agradecer el amor y la solidaridad de todos ustedes".

Sobre los incidentes, la vice planteó que “en el único lugar donde hubo escenas de violencia fue en la ciudad de Buenos Aires, y en la puerta de mi casa, provocadas por el odio hacia la alegría y el amor de los peronistas”.

“Desde el día martes, quien les habla ha sufrido un permanentemente hostigamiento de personas que vienen a insultar y a lanzar amenazas de muerte. Nunca vi a la Policía de la Ciudad intervenir”, agregó. “Soy ciudadana también y pago mis impuestos igual que todos”, sostuvo en una crítica hacia el gobierno porteño.

En su breve aparición, CFK también apuntó a la oposición, al plantear: “Es increíble el grado de cinismo y perversión de no asumirse y de no hacerse cargo de lo que quieren, que fue exterminar el peronismo”.

“Tenemos que pedirle a la oposición, sobre todo ahora que se avecina una nueva campaña presidencial, que dejen de competir entre sí para ver quien odia más, y quien le pega más a los peronistas. Olvídense de eso”, dijo.

Posteriormente, le solicitó a la dirigencia opositora que “no repitan experiencias de las cuales después todos tenemos que lamentarnos, ha habido demasiada sangre en la Argentina”.

“Ha corrido demasiada sangre en la Argentina para que sigan amenazando con tiros, balas, gas lacrimógeno, gas pimienta a los que piensan diferente”, lanzó.

Los incidentes en las afueras del departamento de la expresidenta se iniciaron cuando manifestantes derribaron el vallado montado por la Policía de la Ciudad en la esquina de Juncal y Uruguay.

Pese a que los miembros de la Guardia de Infantería intentaron mantener la restricción, la gran cantidad de gente presente en el lugar hizo que fuera imposible lograrlo, por lo que la militancia burló el cordón policial y pudo llegar hasta el frente del edificio en el que reside la expresidenta. Sin embargo, en otra de las vallas la actitud policial fue diferente y procedió a utilizar el carro hidrante para tratar de dispersar a la gente.

Apoyo del Presidente

Por su parte, el presidente Alberto Fernández expresó su "más enérgico repudio a la violencia institucional desatada por el Gobierno de la Ciudad frente a una masiva manifestación de ciudadanas y ciudadanos expresándose en libertad y en democracia".

Lo hizo en su cuenta de Twitter donde subrayó: "Mantener la paz social y garantizar el ejercicio de libre expresión de las personas es su responsabilidad institucional".

"Las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires y sus fuerzas de seguridad deben trabajar para cuidar la seguridad ciudadana evitando crear contextos de hostilidad ante masivas movilizaciones", puntualizó.

Fernández comenzó su posteo explicando cómo se originaron los disturbios: "El Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires dispuso desplegar un operativo policial con vallas que impedían la libre circulación en las inmediaciones del domicilio de la Vicepresidenta de la Nación".

"El operativo, lejos de aportar a la tranquilidad invocada, generó un clima de inseguridad e intimidación", apuntó.

Además, el jefe de Estado consideró "imperioso que cese el hostigamiento a la vicepresidenta Cristina Kirchner y garantizar el derecho a la libre expresión y manifestación de los ciudadanos y ciudadanas".