“Los policías -no son un número más- son personas y así como tienen obligaciones, tienen derechos, que a mi hijo no se los respetaron”, expresó el viernes pasado, a través de su muro de Facebook, Blanca Coyante, madre del subcomisario Julio César Obregón (40). El policía, meses atrás, había solicitado el traslado. A tal fin, alegó problemas de salud. Sin embargo, su pedido no tuvo respuesta en la cúpula policial.

Obregón estaba preparándose para rendir el curso de ascenso en la fuerza pero sufrió un ACV y su estado de salud era delicado. El jueves último fue internado en gravísimo estado en un sanatorio privado de esta ciudad. Había sufrido una descompensación mientras se encontraba en su domicilio de la zona sur. Un compañero lo encontró desvanecido en su casa y de inmediato lo trasladaron al Mini Hospital Carlos Bravo para luego derivarlo a un centro de salud ubicado en pleno centro. El diagnóstico indicó que sufrió un ACV hemorrágico y su cuadro era crítico. Ayer, pasado el mediodía, falleció.

De inmediato, la noticia circuló por las redes sociales. Varios colegas y allegados manifestaron su dolor e indignación. En estados de whatsapp habían compartido la fotografía de Obregón en señal de luto.

“Desde la familia y su entorno cuestionan el accionar de la Jefatura Policial por negarle en reiteradas ocasiones su traslado a un punto de trabajo cercano a su familia. Fue afectado por un ACV hemorrágico porque subió su presión arterial. Lo más triste es que hace tiempo fue trasladado a la Comisaría Departamental de Belén, aún sabiendo las autoridades policiales que tenía problemas de salud, ya que obra en su legajo personal.

A pesar de esto, solicitó, mediante contactos telefónicos, que no lo trasladaran; imploró por su vida, por su salud y nadie, ninguno de los jefes, en especial el Comisario General Agüero, que hoy es el jefe de Policía, no le hizo lugar a su pedido (…). A la ministra, Dra. Segura, imploró que tome cartas en el asunto”, había manifestado la madre cuando todavía su hijo estaba con vida.

ACV

Obregón estaba preparándose para los exámenes para ascender a comisario. Esta situación y otros episodios previos vinculados a su trabajo como policía serían los desencadenantes de su salud, según informaron sus allegados.

El policía es oriundo de la Capital pero desde enero estaba trabajando en el departamento Belén. Por problemas de su salud –padecía diabetes- y por la lejanía con su familia le solicitó personalmente, al menos en tres oportunidades, al jefe de Policía, Ángel Agüero, la posibilidad de su traslado a esta ciudad. Las respuestas fueron tajantes pese a que Obregón en sus pedidos de permuta había llevado los nombres de las policías con los que haría el cambio. No obstante, las respuestas desde la Jefatura siempre fueron negativas.