En una nueva jornada crítica para el Gobierno, Cristina Kirchner hizo silencio. Este jueves y en los últimos días, la Vicepresidenta mantuvo encuentros reservados con Sergio Massa en el Senado, y avaló su designación como ministro con todos sus nuevos poderes. Sin embargo, en el sector K hicieron una advertencia determinante: el Frente de Todos usó la “bala de plata” y el nuevo ministro deberá consensuar las medidas que tome.

“Ya está gastada la bala de plata. Cristina quiere que vuelva a ser un Gobierno de coalición, que se discutan las decisiones. Es parte de lo hablado con Massa”, señalaban en el Instituto Patria, horas después de que el líder del Frente Renovador fuera confirmado como nuevo ministro.

“No existen los superpoderes. No va a tener nunca poder por encima de la Vicepresidenta, desde un punto de vista institucional además”, alertaron.

Cristina Kirchner hizo silencio también cuando Silvina Batakis fue elegida como ministra de Economía y en las semanas que le siguieron a su designación. Aunque en el sector kirchnerista indicaban que la funcionaria contaba con el aval, no hubo muestras públicas de respaldo de parte de la Vicepresidenta.

Este jueves, tampoco hubo manifestaciones públicas de los referentes cristinistas que suelen actuar como sus “voceros”. No hubo necesidad: después de todo, a diferencia del presidente Alberto Fernández, la Vice no perdió, en una nueva reconfiguración del Gabinete, a ninguno de sus funcionarios. Hasta el cierre de esta nota, seguían en su cargo el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, y los responsables de la secretaría de Energía, Darío Martínez y Federico Basualdo, que responden a la titular del Senado.

“Ahora es la emergencia: ordenar, normalizar, solucionar la cuestión cambiaria. Luego se hablará de las medidas. Massa tiene una tarea dificilísima y no va a tener mucho espacio para cortarse solo”, insistían en el entorno de la Vicepresidenta.

Con la mirada puesta en el 2023 y preocupados por rencauzar la gestión para retener siquiera la provincia de Buenos Aires, en La Cámpora también había aval para que Sergio Massa se convirtiera en la cabeza de un ministerio que unificara las distintas áreas de Economía.

Sin embargo, como parte del ya reiterado “juego” de “ser y no ser” parte del Gobierno, en el kirchnerismo hacían una acotación más. Sergio Massa pidió mucho y recibió mucho: Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, y todo con el respaldo de los gobernadores y de la CGT. En ese sentido, un fracaso caería plenamente sobre sus hombros: el líder del Frente Renovador también se juega su propia “bala de plata”.