POLICIALES
2 de noviembre de 2021
“Maulla para pedir auxilio”: qué declaró la psicóloga que atiende al “Hombre Gato” que mató a su mamá y a su tía
La profesional que trata a Gil Pereg diariamente lo diagnosticó como un psicótico con delirios crónicos e irreversibles. Está acusado de doble homicidio.
La declaración de la psicóloga que atiende a Gil Pereg en el Hospital Psiquiátrico El Sauce, donde se encuentra alojado, fue una de las más esperadas este lunes en el juicio que se le sigue al israelí por el doble crimen de su madre y de su tía en enero de 2019 en su vivienda de la localidad mendocina de Guaymallén. “Tiene fallas estructurales que pueden alterar el juicio de la realidad”, indicó ante el tribunal.
Se trata de Jimena Rivas, la profesional que se entrevista con el imputado de lunes a vienes y entre una y dos horas diarias desde octubre del año pasado, cuando fue trasladado al centro asistencial. En base a su experiencia, la psicóloga indicó que Gil Pereg sufre “un trastorno delirante crónico que consiste en un delirio generalizado”, y remarcó: “Si le tocan los núcleos delirantes, él puede responder de manera violenta”.
“En su caso, el delirio está enquistado y toda la vida va a seguir siendo así. Puede ser muy inteligente pero no tiene sentido común”, sostuvo en relación a que el israelí se cree gato. Y añadió que el maullar es “para pedir auxilio” y lo hace “cuando se siente amenazado, como un mecanismo defensivo”. “Es parte de su enfermedad mental”, amplió la profesional según publicó el diario Los Andes.
Más tarde fue el turno de declarar del psicólogo Carlos Guillermo Messina, propuesto por la defensa de Gil Pereg, quien consideró “probable” que el acusado haya asesinado “motivado por un delirio” a su madre y a su tía, pero que “no existe certeza” que haya entendido la criminalidad de sus actos.
Sin la presencia del acusado en la sala de audiencias, el médico relató que hizo una serie de entrevistas al presunto homicida entre febrero y marzo de 2019 y explicó: “Es complejo determinar la compresión de la criminalidad del acto en el momento del hecho en cuadros psicóticos debido a que pueden tener intervalos lúcidos y porque este tipo de patologías fluctúan mucho”.
“Si se lo enfrenta en el delirio, pudo haber tenido conductas violentas con el propósito de sostener ese delirio, al punto tal de matar a alguien”, afirmó el testigo, quien sostuvo que el imputado “es una persona peligrosa” y que “el tema de los gatos es el núcleo de su delirio paranoico”. Por último, Messina consideró que “el contexto de encierro (en un penal) no es un ámbito para un paciente psiquiátrico (como Pereg) y que no puede estar sin tratamiento”.
Silvina Andrea Campos, una oficial de la División Búsqueda de Personas de la Policía provincial que intervino en el caso tras recibir la denuncia de paradero, fue la encargada de cerrar la ronda de declaraciones.
“Nos parecía rara la denuncia por la experiencia que uno tiene en búsqueda de personas e inmediatamente fuimos al lugar. A mí me pareció súper raro, lo veía sospechoso”, relató la mujer, quien indicó que en la parte de afuera del predio de Gil Pereg “había palos con gatos disecados” y estaba “todo sucio”. “El tenía la mirada fija en la construcción donde luego encontramos los cuerpos, era por su mirada que me dije ‘acá hay algo’”, señaló.
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